Llamados en su día cuarto poder. Los medios de comunicación han escalado posiciones, no obstante, comparten protagonismo con el poder económico y sus representantes, las empresas de gran poder que no permiten el equilibrio al acceso a los medios de comunicación por parte de los diversos grupos sociales.
En incuestionable, la gravitación tanto del poder económico como del político existentes en todas las sociedades actuales pero en particular las del mundo subdesarrollado. La privatización y comercialización de los medios masivos, la integración de empresas de comunicación en conglomerados económicos es cada vez más poderosa y la creciente globalización marca la tendencia a reducir el número de voces.
De hecho la abundante información que circula en el mundo parece ser más adecuada para mercantilizar a la sociedad y narcotizarla con exageradas dosis de entretenimiento y material no necesariamente informativo ni que impulse la participación de la población para producir mensajes que ayuden al desarrollo cultural.
Se debe subrayar y analizar un aspecto muy importante, la inversión extranjera en la televisión o cualquier otro medio masivo, no al punto de evitarla o negarse a ella, sino entorno a su injerencia. No olvidemos que la tecnología nos lleva hoy a que el cable permite la opción cada vez más generalizada de recibir mensajes y propuestas del exterior.
De todos los poderes que influyen en los medios de comunicación, el poder económico suele ser de larga duración y, por lo tanto, es difícil zafarse de la presión que ejerce a través de las grandes corporaciones de anunciadores quienes gracias a su peso económico tienen la facultad de eventual manipulación, sea con fines políticos u ocasionalmente comerciales.
Los medios de comunicación brindan cobertura al poder económico haciendo conocer la información que las mega- corporaciones desean que se conozca, y escondiendo o distorsionando la que éstas consideran inconveniente y digna de ser ocultada. De este modo, los medios generan una realidad fragmentada para el consumo masivo (mediante las noticias, los espectáculos y el bombardeo publicitario) que mantiene a las masas pasivas, desinformadas, distraídas y alienadas al mercado de consumo.
Finalmente, el poder económico a parte de financiar a los medios de comunicación, financia la actividad de las más “prestigiosos” periodistas, siendo poco aquellos que pueden escaparse de los tentáculos del poder económico.
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